En
ti, nebulosa
En
ti, nebulosa, descansa la percepción del hombre,
tu
silueta impresa en el cielo, rompió el horizonte en dos.
Trazos
incoloros, trazos unidos por tu esencia;
amarrados
con metal ardiente, suspiran las piedras que acaricias.
Percibo,
frente a frente, aquel tacto inefable,
la
posición camaleónica de tus piernas,
gargantas
marcando el compás del trago
y
esencias de vapores primarios.
En
aquel campo de esqueletos pajizos
rayé
tu nombre en el crepúsculo,
para
no olvidarlo en el recuerdo,
para
ser, sin ser en ti, impura.
En
la constelación del páramo en penumbra,
una
visión anegó el espacio.
Luz
insólita, luz empañada
de
moléculas grises y turbios disfraces.
Luz
no iluminada, insatisfecha,
escasa
y emigrada.
Chispeo
aquél que no anida en ti, que eres
luz
única, de geografía inconstante.
©
Francisca Sánchez, 2012